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El apostador solitario.

En los alrededores del norte del río Misisipi, se preparaban personajes de todo el mundo para el gran Torneo Internacional de Póker estilo Texas Holdem.

 

El lugar del torneo era un extraño barco de vapor con ruedas de paletas en la popa, repleto de seguridad para resguardar el premio mayor de un millón de dólares en efectivo, mismo que se llevaría el campeón de los cien últimos finalistas. El tiempo del juego sería ilimitado por lo que todos tendrían las suficientes provisiones para permanecer embarcados.

 

Semanas antes de la inauguración, en la frontera de Chihuahua tomé un tren que me llevaría rumbo al norte, hacia la frontera del Estado de Illinois en el lugar exacto donde confluye el Misisipi. Aún me quedaba suficiente tiempo para seguirme relajando y concentrando en las técnicas que aplicaría en el juego.

 

Recuerdo que en la noche, habiendo pasado ya unos tres días, en un tren que parecía prácticamente vacío, poco antes de irme a dormir, en la esquina del vagón escuché un ruido parecido al de un encendedor “Zippo”; efectivamente al voltear, pude notar cómo se encendía la punta de un cigarrillo. No me había percatado que un misterioso portador de un sombrero tejano de fieltro negro se recostaba en aquel lugar.

 

-“¡Hijo! ¿Tendrás un poco de tabaco para mascar?” Me preguntó.

 

-“Disculpe, soy de México. En mi país no lo acostumbramos.” Le contesté.

 

-“De México… Antes de quedarme en la soledad, solía llevar a mi familia de vacaciones al Rocky Point de Sonora todos los años, nos encantaba contemplar los atardeceres mientras el mar se iba lejos de la costa y el desierto se hacía uno con la arena del mar. Pero como te decía, todo eso ya pasó, me quedé solo por el vicio del juego, por ser un apostador. ¿Y a ti, qué te trae de este lado de la frontera?”.

 

Sinceramente, me avergoncé un poco al contarle al apostador que me dirigía a un torneo de póker, aunque después me auto conforté reafirmándome que al sólo usar el dinero de la inscripción, esto no sería un juego de azar, sino de habilidades. ¡Cualquiera que ha jugado Texas Holdem me comprende!

 

-“Hijo, veo que tienes agallas. Me caes bien. Si no te molesta, te puedo dar unos consejos”. Dijo el apostador.

 

-“¿Cómo un apostador que perdió todo me va a aconsejar a mí?” Juzgué sin pensar.

 

-“Justamente porque no deseo que estos errores que yo cometí, los vuelvan a repetir personas tan bien intencionadas como tú”. Replicó.

 

-“Disculpe, ciertamente me adelanté al pensar de esa forma tan atrevida. Por favor dígame como mantenerme centrado”. Le respondí.

 

-“Tal vez es algo que ya conoces, pero vale la pena repasarlo: Identifica cuándo debes mantenerte y cuándo debes abandonar el juego. Cuida siempre el dinero de tu inscripción; una vez recuperada tu inscripción inicial, juega sólo con el dinero de la mesa. Y finalmente, no olvides devolver al “dealer” algo de tus ganancias, de alguna forma es tu socio”.

 

Ya han pasado un par de años desde aquel suceso. Quedé en el lugar 24 de los cien finalistas, nada mal para un novato. La experiencia fue inigualable, pero lo que nunca olvidaré son los consejos del apostador, pues ahora los aplico en mis inversiones mediante la adaptación de las siguientes reglas:

 

1) Regla número uno: Cuida tu capital. Regla número dos: No olvides la regla número uno.

2) Deja correr tus ganancias y corta tus pérdidas rápidamente.

3) Recupera tu capital inicial, genera rendimientos infinitos y recoloca tu capital inicial en otro activo.

4) No olvides aportar tu diezmo a una institución de beneficencia.

 

No estoy sugiriendo tomar consejos de un apostador, sino más bien que nos atrevamos a aprender tanto de los aciertos como de los errores de los demás para no tener que vivirlos en carne propia.

 

Diferenciemos que invertir no es apostar, aunque muchos de los consejos del apostador solitario los podemos adaptar. Apóyate de una comunidad de inversionistas para romper mitos y para descubrir qué es lo que realmente sí funciona y qué es lo que no.

 

¡Simplemente pertenece a un grupo de inversionistas! 



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Comentarios: 4
  • #1

    Héctor (martes, 02 junio 2020 12:27)

    Sin duda tenemos que aprender de los errores de los demás y siempre tener los pies en la tierra para que no nos vaya mal.

  • #2

    Mayifer Rivera (sábado, 06 junio 2020 13:59)

    Muchas gracias por todos los artículos que he encontrado en éste blog de Simplemente Invierte!!! Tienen un valor incalculable :)

    Me encantó la regla número uno: Cuidar mi capital. Pienso que es fundamental para poder estar tranquila y con la certeza de que tendré ese capital que me respalde.

    También es interesante que cuando hagamos una inversión, primero pagarnos, es decir, tener el retorno de mi inversión y jugar sólo con la utilidad que tuve de esa inversión para seguir haciendo crecer mi negocio, tener más ganancias y generar rendimientos infinitos.

    Me surgió la siguiente pregunta: ¿Qué diferencia hay entre tener un ahorro y tener un capital?

  • #3

    Leonardo Rashitt (miércoles, 17 junio 2020 10:17)

    Está bien aprender de los errores, pero si es de los errores de los demás, mucho mejor. Excelente historia, ¡gracias!

  • #4

    MARIA ENRIQUETA GARCIA ABRAHAM (jueves, 05 noviembre 2020 14:09)

    Realmente es importante tomar en cuenta la experiencia de otros, tanto de sus aciertos como de sus fracasos, para acortar la curva de aprendizaje que forzosamente tenemos que experimentar de forma personal. El aprendizaje que me queda de este blog, es que uniéndonos a una comunidad que comparta los mismos intereses es mucho más sencillo el camino. Gracias por aportar las herramientas que van uniendo el rompecabezas del éxito. Saludos.