Espero no herir susceptibilidades con mi tajante respuesta, pero creo que es mejor decir las cosas como son:
No eres inversionista.
Al menos no con este pedazo de información
que nos compartes. Permíteme explicarme.
En el sentido estricto de la palabra, cuando nos referimos a un inversionista, estamos hablando propiamente de una mujer o de un hombre que aporta algo (en la mayoría de los casos dinero) y a cambio recibe CONSTANTEMENTE un pago.
Recalcaremos que dicho pago tiene frecuencias de corto y mediano plazo; pueden ser días o semanas, pero la más común es cada mes.
Si estás construyendo, habitando y después de determinado tiempo vendiendo, no estás recibiendo constantemente un pago; más bien, estás pagando por vivir ahí. No importa que todo el proceso lo hayas hecho de contado y con capital propio, pues cuestiones como los servicios y el mantenimiento de tu casa, te estarán sacando dinero de tu bolsillo.
Aquí es donde probablemente me dirías:
“¡Pero a la hora de venderla todo lo que
desembolsé se recuperará
y sobrará aún más!”
No lo dudo, es cierto.
Y aquí es donde repetimos la definición:
“Inversionista es todo aquel que RECIBE
CONSTANTEMENTE UN PAGO
(flujo de efectivo) a cambio de su aportación”.
Cuando vendes recibes tu pago
sólo una vez, no frecuentemente.
“¿Entonces cómo me clasifico?”
Te clasificas como una persona de negocios que tiene una estrategia comercial muy interesante y que te ha servido mucho para fines prácticos.
“¿Es importante saber la diferencia entre
ser inversionista y ser comerciante
de bienes inmuebles?”
¡Extremadamente importante!
En 2008, Estados Unidos sufrió una de las peores crisis económicas de su historia, en gran parte fue porque bastantes norteamericanos no sabían esta diferencia. Pensaban que eran inversionistas porque tenían una casa en donde vivir, que “nunca perdería valor” porque los inmuebles “siempre suben de precio” y cuando su precio subía entonces podían vender. En dicho año, el precio de las casas se fue por los suelos y el futuro que supuestamente tenían asegurado con su propiedad, experimentó la quiebra.
Se dice que la madre del aprendizaje es la repetición. Vamos a concluir volviendo a nuestros básicos:
· Inversionista es la persona que busca ganancias de flujo de efectivo, por ejemplo, alguien que compra y renta.
· Comerciante es todo aquel que va por ganancias de capital, por ejemplo, alguien que compra y vende (o que construye y vende).
· Inversionista Sofisticado es quien domina el arte de actuar como inversionista y como comerciante, entre otras habilidades.
Voy a dejar una ventana abierta: El inversionista sofisticado en muchas ocasiones, no se deshace de su casa para generar una ganancia de capital; por el contrario, conserva su activo, el dinero que viene de las rentas y adicionalmente aplica sus conocimientos para recibir las mismas utilidades que tendría si la vendiera, pero dichas ganancias son aún mejores, pues no paga impuestos de forma legal cuando realiza esto.
¡En Simplemente Invierte nos encanta
aplicar esta estrategia! ¡A quién no!
¡Vas por muy buen camino al preguntarte
quién eres, felicidades!
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